Thursday, November 17, 2022

A Puerto Rican veteran | Un veterano boricua

Carlos Ortiz comes from a generation of Puerto Rican veterans who served in the U.S. military. His father, who was in the service for only one year for physical reasons, drove trucks for the Anheuser-Busch brewery for 25 years in Puerto Rico. His son served in the military for 8 years before becoming a medical nurse locally.
Arlene Ortiz, his wife and Carlos were a couple since they were in high school in Puerto Rico and today they are the parents of two daughters and a son.
Carlos, 53, enlisted in the U.S. Navy after graduating from high school at 18 years of age and dedicated two decades of his life until retiring in 2007.
Photo Courtesy of Carlos Ortiz

“I had always wanted to explore aviation-related work, and the Navy gave me the opportunity to work on mechanical aviation,” said Carlos, who began his basic training at a military base in Orlando, which no longer exists.
The Puerto Rican veteran admits that those initial two months in the central Florida city were tougher than he expected, but they taught him the discipline to be an efficient military man in his naval career.
Through his military experience, Carlos had the opportunity to work on military bases in the states of Tennessee and Virginia to learn aircraft maintenance before being sent back to serve in Puerto Rico at Naval Station Roosevelt Roads for several years. Between those years of '89 and '91 and the 2000s, the naval administration sent him on four military deployments for several months to the Mediterranean where he had the opportunity for the first time to visit countries in southern Europe and the Middle East such as France and Egypt. He feels that it opened her mind to other cultures and worlds besides his own Latin and American culture.
Photo Courtesy of Carlos Ortiz

"It was impressive for me. You realize that like here, there are beautiful things and also there are other kinds of problems in other places,” said Carlos, who served in the first Iraq war. "The Gulf region and the Middle East is a totally different world, and because of the conflicts, you don't know who is the bad guy and who is the good guy and you have to take care of each other."
Carlos pointed out, however, that he never had to engage in combat personally since he and his companions were on the aircraft carriers most of the time and far from land, although the risk of a maritime attack existed, it was minimal due to high-level protocols. guard and defense
Despite not facing the battlefield like infantry troops, Carlos, who was a petty officer first class, revealed that the stress and pressure level is high as an aviation mechanic and electrician during a war. The Latino veteran points out that if a military aviation technician doesn't fix a plane or a helicopter right, he would probably be "killing your buddies."
Photo Courtesy of Carlos Ortiz

“I remember a colleague who repaired a helicopter that crashed and killed three soldiers and he wasn't doing well at all,” Carlos recalled. "But after a thorough investigation it was determined that it was pilot error on the flight and not the mechanical work my colleague had made."
When the second war in Iraq began in 2003, instead of sending him back to the Persian Gulf, the Navy deployed Carlos as the leader of a team to the coasts of South America to combat drug trafficking in collaboration with the U.S. Coast Guard and authorities from countries such as Colombia, Panama and Ecuador.
Photo credit: Don Juan Corzo

The Puerto Rican sailor, who was transferred to a Naval Station Jacksonville in the early 2000s, retired from military service in 2007 and has worked as a civilian ever since. He has held positions as a branch manager of a local supermarket chain for a few years and for over 10 years he is one of the best car salesmen for the CarMax auto company.
“I miss the discipline there is in the military service compared to the interaction with the regular civilian job and employees,” added the Puerto Rican veteran, of the change and transition he has felt as he went back to civilian life.
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A version of this story was published in Hola News Newspaper on November 9, 2022.

[English version]

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Carlos Ortiz viene de una generación de veteranos puertorriqueños que sirvieron en el servicio militar estadounidense. Su padre, quien estuvo en el servicio por solo un año por razones físicas, se dedicó a conducir camiones para la cervecería Anheuser-Busch por alrededor de 25 años en Puerto Rico. Su hijo fue parte del servicio militar por 8 años antes de dedicarse a trabajar de enfermero médico localmente.
Photo Courtesy of Carlos Ortiz

Su esposa Arlene Ortiz y Carlos han sido pareja desde que estaban en el colegio durante su adolescencia en Puerto Rico y son padres hoy de un hijo y dos hijas, quienes son ya adultos.
Carlos, de 53 años, se enlistó en la armada naval de EEUU después de graduarse del colegio a los 18 años de edad y dedicó 2 décadas de su vida hasta jubilarse en el 2007.
“Yo siempre había querido trabajar en asuntos relacionados a la aviación y la naval me dio la oportunidad de dedicarme a la aviación mecánica”, dijo Carlos, quien empezó su entrenamiento básico en una base militar en Orlando, la cual ya no existe actualmente.
Photo Courtesy of Carlos Ortiz

El veterano boricua admite que esos dos meses iniciales en la ciudad del centro de Florida fueron más duros de lo que esperaba, pero le enseñaron la disciplina para ser un militar eficiente en su carrera naval.
A través de su experiencia militar, Carlos tuvo la oportunidad de trabajar en bases militares en los estados de Tennessee y en Virginia para aprender de mantenimiento de aviones antes de que lo enviaran de regreso a desempeñarse en Puerto Rico en la estación naval Roosevelt Roads por varios años. Entre esos años del ‘89 y el ‘91 y los 2000s, la administración naval lo envió a cuatro despliegues militares por varios meses al mediterraneo donde tuvo la oportunidad por primera vez de conocer países en el sur de Europa y el Medio Oriente como Francia y Egipto y siente que le abrió la mente a otra gente y otros mundos además de su propia cultura latina y la americana.
Photo Courtesy of Carlos Ortiz

“Fue impresionante. Te das cuenta que hay cosas muy bellas y hay otras clases de problemas en otros lugares como aquí”, dijo Carlos, quien participó en la primera guerra de Irak. “La región del golfo y del medio oriente es una cultura totalmente diferente y por los conflictos, uno no sabe quién es el malo y quien es el bueno y tienes que cuidarte unos con los otros”.
Carlos recalcó, sin embargo, que él nunca tuvo que involucrarse en combate personalmente pues él y sus compañeros estaban en los buques portaaviones la mayoría del tiempo y lejos de la tierra, aunque el riesgo de un ataque marítimo existía, era mínimo por protocolos de alta guardia y defensa.
Photo Courtesy of Carlos Ortiz

A pesar de no enfrentar el campo de batalla como las tropas de la infantería, Carlos, quien fue un suboficial de primera clase, reveló que el nivel de estrés y la presión es alto como mecánico y electricista de aviación durante una guerra. El veterano latino señala que si un técnico militar de aviación no arregla un avión o un helicóptero bien, probablemente estaría “matando a tus compañeros”.
“Me acuerdo de un colega que hizo un arreglo de un helicóptero que se estrelló y mató a tres soldados y él no estaba nada bien”, recordó Carlos. “Pero después de una investigación profunda se determinó que había sido un error de la piloto en el vuelo y no del arreglo hecho por mi colega”.
Cuando empezó la segunda guerra de Irak en el 2003, en vez de enviarlo de regreso al golfo pérsico, la armada naval desplegó a Carlos como líder de un equipo a las costas de sudamérica a combatir el narcotráfico en colaboración de la Guardia Costera de EEUU y autoridades de países como Colombia, Panamá y Ecuador.
Photo credit: Don Juan Corzo

El marinero puertorriqueño, quien fue trasladado a la estación naval de Jacksonville a principios de los 2000s, se jubiló del servicio militar en el 2007 y ha trabajado de civil desde entonces. Ha ocupado posiciones como gerente de una sucursal de una cadena de supermercados local por unos años y por más de 10 años es uno de los mejores vendedores de autos para la compañía CarMax.
“Extraño la disciplina que hay en el servicio militar comparado con la interacción con los empleados de trabajos regulares”, añadió el veterano boricua, del cambio y transición que ha sentido de regreso a la vida de civil.
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A version of this story was published in Hola News Newspaper on November 9, 2022.

[Spanish version]

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