Guardias federales son prisioneros del sistema

SEMANA NEWS - NEWSPAN MEDIA
Del 27 de julio al 2 de agosto del 2008
SEMANA de maltrato
Por Don Juan Corzo

Houston- Pareciera que la lucha hubiera comenzado con la presencia de varios representantes de diferentes sindicatos frente del Centro de Detención Federal (FDC), en el 1200 de la calle Texas, en el “downtown” de Houston, la mañana del martes 13 de
mayo. Ese día, públicamente se criticó al alcaide de la cárcel por mala gerencia.
“Para los superiores, su posición es un escalón en su carrera profesional y a ellos no les importan los empleados porque se van a ir eventualmente a otra parte”, dijo Ray Osorio, un oficial correccional del FDC y vicepresidente del sindicato American Federation of Government Employees (AFGE) en Houston.
La lucha comenzó desde que el alcaide Al Haynes tomó posesión de su cargo hace más de un año junto con su asistente, Dominique Gutiérrez. Desde entonces, hay quejas en su contra sobre cómo se manejan los asuntos de los empleados.
“Se ha creado un ambiente hostil para los trabajadores. La gerencia ha entablado investigaciones sin fundamento contra el personal”, dijo Clifton Buchanan, un oficial del FDC y presidente de la división local 1030 del AFGE en Houston.

Sin derechos ni respeto
Los dos superiores, afirmó el sindicalista, trabajan en equipo para repeler a los empleados que piden sus derechos laborales. Según Buchanan, la esposa de Haynes trabajaba como secretaria para Gutiérrez en otro centro de detención del Federal Bureau of Prisons (BOP), una agencia del US Department of Justice (DOJ).
“ Gutiérrez se metió en problemas como alcaide de ese centro y Haynes lo trajo por haberle dado trabajo a su esposa allá”, denotó Buchanan, quien ha estado con el BOP desde 1998.
No debería importarles a los empleados si se les investiga, sobre todo si no han cometido ninguna infracción, pero tiene sus desventajas burocráticas para los guardias del FDC, según explicaron.
“Le manchan la imagen a un empleado sin razón válida; estar bajo investigación le impide la posibilidad de ascensos”, indicó Osorio.
El presidente de la AFGE en Houston puso como ejemplo el caso de un empleado bajo
investigación por solamente haber escupido frente al jefe.
“La moral de los empleados en el FDC es baja por la manipulación de las reglas”, comentó Buchanan.
El sindicato también se queja de la negativa de la gerencia a reunirse para discutir los asuntos laborales que afectan a los empleados y para solucionar el problema, en los contados casos que aceptan reunirse con el sindicato.
“[Y luego] cuando finalmente logramos que nos concedan algo, ofrecen excusas para no cumplir su acuerdo”, señaló Osorio.

Alcaide mediocre
Esta es la cárcel donde ocurrió un motín en el que participaron unos 80 presos el pasado marzo y donde hubo varios lesionados.
“Pasó por la manera mediocre que el alcaide maneja el centro de detención; está mezclando diferentes grupos de prisioneros”, mencionó Osorio, quien trabaja en el BOP desde 1995.
Los empleados del FDC aseguraron que Haynes vino después de ocupar un cargo más alto. En contraste, el Sindicato elogió a a su previa exalcaide, Darlene Veltri, quien se jubiló en el 2006 por una condición médica.
“Durante el tiempo que Veltri estuvo a cargo, no hubo los problemas, opuesto a lo que se ha visto con Haynes”, señaló Buchanan, cuyo sindicato ha entablado varias quejas contra la actual gerencia en la Equal Employment Opportunity Commission (EEO).
Los representantes de la AFGE acusan Haynes y Gutiérrez de usar el sistema para intimidar a los empleados de la cárcel federal y bloquear el trabajo del sindicato.
“Ambos [Haynes y Gutiérrez], manipulan el poder para usar la burocracia y sabotear
intentos de entablar comunicación entre los empleados y la gerencia”, afirmó Buchanan.

Burocracia pura
En una llamada telefónica que SEMANA NEWS hizo al centro federal para obtener una
reacción a las acusaciones de sus empleados, Dana, la secretaria de Haynes dijo que su jefe no estaba disponible para hablar. Ella añadió que cualquier pregunta o comunicación respecto al sindicato y sus quejas tendría que hacerse por correo postal y negaron tener un e-mail (correo electrónico) para lograr una respuesta más rápida y efectiva.
La congresista Sheila Jackson Lee habló con representantes de sindicato AFGE de
Houston después del motín en marzo para ayudarlos.
“Una institución en el centro de Houston que está sujeta a motines y que cuenta con
bajo personal, debe ser arreglada para prevenir peligros contra los empleados o al mismo downtown”, dijo Jackson Lee en su visita a Houston en marzo, cuando Haynes le dio un recorrido por el FDC.
Bill Williamson, secretario de la división local de AFGE, recalcó que el problema del FDC de Houston es un problema de liderazgo a nivel nacional.
“Fui testigo de problemas similares cuando trabajé en un centro de detención de Colorado antes de venir a Texas, pero aquí las cosas son aún peor”, dijo Willliamson, quien trabaja con el BOP desde el 2001.
El AFGE piensa que el guardia José Rivera, quien fue apuñalado a muerte en una prisión federal en Atwater, California, el pasado 20 de junio, fue por culpa del mal sistema bajo el que opera el BOP.
“Entidades como ‘No FEAR’ se dedica a informar al público sobre los empleados gubernamentales que reportan quejas sobre a las agencias federales por
violaciones de ética laboral, pues muchas veces ellos son víctimas de intimidación o represalias por hablar”, dijo Judith Kargbo, vocera de la congresista, quien asistió a una conferencia anual en Washington para traer conciencia del problema que enfrentan
Buchanan, Osorio y Williamson.

Demandas
■ El FDC de Houston tiene alrededor de 186 empleados que incluyen guardias, oficinistas, personal de mantenimiento y de comida de los 145 son miembros del sindicato AFGE.
■ Según el AFGE 1030 de Houston, se entablado alrededor de ocho quejas oficiales contra el FDC de Houston y varios reportes de prácticas laborales injustas y más de 25 agravios con el Equal Employment Opportunity Commission (EEOC).
■ En junio el FDC de Houston contó con alrededor de mil 24 presos y se estimaron alrededor de 201 mil 489 en las 198 instalaciones del BOP a nivel nacional.